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Los hidrocarburos monoaromáticos (benceno, tolueno, etilbenceno y xileno), conocidos como BTEX para abreviar, causan varios efectos adversos para la salud, como asma, mareos, fatiga, irritación de ojos, nariz y garganta y náuseas.
Entre los compuestos BTEX, los xilenos son altamente reactivos y provocan la formación de ozono y, por lo tanto, el cambio climático. BTEX se ha medido ampliamente en todo el mundo en los últimos años. Hay dos fuentes principales de emisiones de BTEX en el aire. El primero de ellos son las estaciones de combustible o gasolina, las instalaciones de mantenimiento de vehículos y muchas pequeñas fábricas e instalaciones similares a talleres. El segundo es el tráfico rodado. En general, se encuentran altas concentraciones de benceno en los bordes de las carreteras, túneles y dentro de los automóviles. El benceno y el tolueno son los compuestos monoaromáticos dominantes. Existe una estrecha correlación entre la concentración de BTEX y el flujo de tráfico por carretera. Existen limitaciones al respecto en las directivas de la Unión Europea.
Las pruebas BTEX precisas y confiables son muy importantes para las empresas que fabrican una gran cantidad de productos, desde pinturas y adhesivos hasta productos de cuero y plásticos. La realización de estos análisis es un paso fundamental para prevenir la exposición y la contaminación que pueden afectar la salud humana y el medio ambiente. Por otro lado, también es importante en cuanto al cumplimiento de la normativa legal vigente. Estas pruebas y análisis son la clave para mantener las emisiones de BTEX en los niveles deseados. Se aplica una amplia variedad de métodos de prueba para los compuestos BTEX, incluida la cromatografía de gases o el detector de fotoionización. Al identificar la contaminación por BTEX, las empresas pueden tomar medidas críticas para mejorar.