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El propósito de los análisis de gases de combustión es determinar la integridad de la combustión de carbono en el combustible y la cantidad y distribución de las pérdidas de calor debido a la combustión incompleta. En estos análisis se determinan las proporciones de dióxido de carbono, oxígeno y monóxido de carbono.
El control de los gases de combustión en una caldera o quemador es muy importante desde el punto de vista ecológico y económico. Realizar análisis de gases de combustión significa reducir los costos de combustible y aumentar la eficiencia. El equipo utilizado para monitorear los gases de combustión varía desde simples dispositivos portátiles hasta sensores de oxígeno instalados y equipos elaborados.
El análisis de gases de combustión se ha utilizado durante años como un método para optimizar las proporciones de combustible y aire. Al medir la cantidad de exceso de oxígeno y monóxido de carbono en los gases de combustión causados por la combustión, se logra la mejor eficiencia térmica y se garantiza que los sistemas funcionen con los valores más bajos de óxido de nitrógeno y produzcan la menor cantidad de gases de efecto invernadero. Teóricamente, la situación ideal es cuando todo el combustible reacciona con el oxígeno disponible en el aire de combustión y no deja combustible ni oxígeno. El exceso de aire se introduce en las cámaras de combustión para garantizar que el combustible utilizado se queme por completo. El exceso de aire aumenta la cantidad de oxígeno y la posibilidad de quemar todo el combustible.
El dióxido de carbono es un producto de la combustión y su cantidad en los gases de combustión es un indicador importante de la eficiencia de la combustión. El contenido óptimo de dióxido de carbono después de la combustión es de un 10 por ciento para el gas natural y de un 13 por ciento para los combustibles más ligeros.
